ANTONIO OTEIZA

SU AVENTURA

Antonio arrastra un acento lejano, con expresiones aprendidas en otros países. Tanto su hablar como su escultura o escritura, es fruto de una vida nómada, de muchas vivencias y convivencias con culturas diferentes. Antonio a lo largo de su vida ha sido capuchino, escultor, escritor y pintor, pero como más le gusta definirse a sí mismo es como aventurero.

Antonio Oteiza ha convivido con los indígenas, con los nativos de la selva y con los de los Andes. La tierra americana le atrae, sin duda, pero le atraen mucho más sus individuos más primitivos. La naturalidad de su vivir, su fraternidad para con todos, su hospitalidad, la fraternidad de su compartir.

Más de una vez me dijeron que era como uno de ellos, y ciertamente creo que soy más cercano a la naturalidad de ellos, que a occidente. Su influencia; el saber amar, más el desprendimiento, lo transitorio de cada día, un aprecio por el viaje y la aventura.

En cuanto al arte, Antonio ha ido adoptando en sus viajes el respeto por las creaciones de los más humildes. El artista afirma rotundo que:

El arte crece más desde la sangre que desde la razón.